
Después llegaron las lluvias:
lo interminable.
Nada trae este viento, salvo el recurso a la lejanía,
un silencio rebosado, recóndito,
o entre mis manos sólo la austera sabiduría de perderte.
Suzanne lo llena de enredaderas moradas.
Su voz se lleva todo,
crece en el muro donde todavía se conserva el calor,
algo debe tener el amor cuando lo buscan,
algo debe sujetar esta bendita lluvia y su torrente.
Despiertas en medio de la oscuridad y te olvidas del verano,
todas las sensaciones son dúctiles por naturaleza,
el armiño es gris y en las nubes crecen frondas de espera.
Suena la llamada para el Orient Express,
evoca viajes de Venecia a Praga,
ese rail de sueños que será como el mapa de Europa
mientras nada separe nuestros labios.
Crece un fuego de astros silenciosos,
Suzanne, Suzanne,
¿dónde hemos perdido el anhelo de querernos?
Tomemos un barco desde ese muelle sin futuro,
partamos a Istambul, sin mirar atrás,
¡que lejos queda esa noche de S.Juan,
esa fuga ardiente junto al mar!...
No me importa el dolor de tus ausencias,
sé que tu amor vale dinero,
toma de mi cartera los últimos billetes,
he emprendido este viaje sólo para amarte.
F
6 comentarios:
Enhorabuena Fernando por este nuevo trabajo, tiene una pinta bárbara. Ya avisarás de fecha y hora de presentación. Un abrazo.
Me lluevo en tus versos.
A veces es necesario emprender el viaje para encontrarnos con lo que amamos.
M.
Bonitas letras, maravilloso poema.
Dolor? Ausencias?
Detrás de ese viaje volverán?
Besos
Precioso Fernando. El libro promete, así que ya irás dando pistas!
Un abrazo!
Eres un poeta confesando mentiras, espero tenerlas todas algún día.
Un beso, Fernando.
Desde la añoranza me mojó la lluvia con la que anucias tu viaje
Dos buenas razones para visitarte
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