viernes, 19 de agosto de 2011

Puede que el día de hoy ...








Puede que el día de hoy
tenga a la soledad como habitante único de mis palabras.
He cerrado todo contacto con el exterior.
Sólo escucho jazz y de vez en cuando me tomo una cerveza.
La casa es grande y se remueve con la luz de la tarde,
enciendo las cuatro lámparas según van llegando las sombras
y me vuelvo a fumar otro cigarrillo,
Chester sin filtro, los que fumaba antes.
No es aconsejable volver a los vicios,
pero si vuelves es mejor recuperar las buenas costumbres.
Desgrana su trompeta Miles,
estoy enganchado subiendo a ese ascensor para el patíbulo…
camino con él dentro de una película francesa,
en la que París sale en todos los encuadres
como si fuera tu sala de estar,
eso sí, en blanco y negro, con el silencio y las miradas perdidas
como interpretes estelares y de lujo.