jueves, 24 de febrero de 2011

Ha parado de llover en Milán



Ha parado de llover en Milán.
Malpensa está silencioso, expectante,
lleno de charcos que reflejan la oscuridad de la noche.
No tengo conexión,
y es tan tarde que es posible que ella esté durmiendo.
Cómo se nota la lejanía y esa ausencia de “post-it” rosas
con que me inunda el espejo del baño.
Es sencillo diversificar las emociones,
saber que hemos dejado abierta la puerta de la casa
y que la compra, por ejemplo, no es sólo una labor tuya,
aunque resuene extraño en su cabeza
el cuarto y mitad de queso de gruyere suizo
y las cervezas Beck’s de lata.
Aprendemos lentamente y me mira
como si todas las madrugadas fuera uno nuevo,
un extraño abrigándole el deseo.





2 comentarios:

MaLena Ezcurra dijo...

Una noche que no paraba de llover estaba en Malpensa tratando de arribar un vuelo de Alitalia para Buenos Aires, era por el 2003 e Irak estaba en guerra.

La poesía nos lleva a evocar instantes, tu palabra lo hizo.


M.

FRANK RUFFINO dijo...

Poeta:

Este texto va muy bien conmigo: espontáneo, directo, de este tiempo, qué más!

Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,

Frank.

P.D. Y la chica en la silla está de vértigo.